jueves, 29 de octubre de 2015

MENSAJE EXTRATERRESTRE CAPTADO POR UNA ESTACION TRASMISORA DE TV, EN EU




    Ustedes son el fruto de muchas tradiciones que a lo largo del tiempo se han enriquecido mutuamente por las contribuciones de los demás.
    Su objetivo es unir, respetando estas diversas raíces, para lograr un propósito común, un proyecto solidario. Las apariencias de sus culturas ayudan a mantenerse separados porque ustedes le dan mucha más importancia que le dan a su ser más profundo.

    El aspecto o forma, exterior se ha considerado más importante que la esencia de su naturaleza sutil. Para los poderes en control, este énfasis en las diferencias de forma constituye un baluarte contra cualquier forma de cambio positivo.
Tomado de:


sábado, 24 de octubre de 2015

COMO ERA LA NAVE QUE RAPTO A ELÍAS


COMO ERA LA NAVE QUE RAPTO A ELÍAS

 

 

LA BIBLIA Y LOS OVNI


 



 

Foto de una Ovni fotografiado en Jalisco que es exactamente igual al que describe Elías en su relato.

 

 

Autor: Marius Lleget

 

«Los dioses estuvieron en la Tierra, irrumpieron en la Historia y quedaron incorporados a la Mitología, que ha guardado el recuerdo de las epopeyas cósmicas de antaño que hoy modifican nuestra interpretación del Universo.»                                                                 Eugenio Danyans

 

«La Biblia menciona OVNI y visitantes extraterrestres, sobre todo en el Génesis y en el Éxodo. Una curiosa anécdota se relata en Reyes, Libro II, 2: 1 y siguientes, donde el profeta Elías es arrebatado por un carro de fuego.»

 

Mario Ferrini, «La vida extraterrestre»

 

En efecto, el texto que acabamos de mencionar, según consta en la citada obra (Editorial Kier, de Buenos Aires), dice: «Y aconteció que cuando quiso Yahvé alzar a Elías en un torbellino, Elías venia con Eliseo de Gingal.

»2:2 - Y dijo Elías a Eliseo: Quédate ahora aquí, porque Yahvé me ha enviado a Bethel. Y Eliseo dijo: Por Yahvé y por tu alma que no te dejare. Descendieron, pues, a Bethel.

»2: 11 - Y aconteci6 que estando ellos hablando, he aquí que un carro de fuego con caballos de fuego aparto a los dos; y Elías subió al cielo en un torbellino.

»2:12 - Y viéndolo Eliseo, clamaba: Padre mío, Padre mío, un carro de Israel y su gente de a caballo! Y nunca mas le vio, y tirando de sus vestidos los rasgo en dos partes.»

      Bien. El citado Mario Ferrini, al estudiar este y otros casos,

comenta:

«Aparecen en la Biblia otras menciones que pueden ser asociadas con los OVNI. Por ejemplo, Zacarías ve volar por el cielo un rollo de trece metros de largo por seis de ancho... Y en el Apocalipsis de san Juan hay menciones de astronaves, en particular de artefactos que en lenguaje moderno podríamos traducir por aviones y cohetes.»

Indudablemente, es posible argumentar en contra de todos estos testimonios antiguos que si bien pueden recibir una interpretación como OVNI, también podrían recibir las que la tradicionales ha asignado. Pues la inevitable defor­mad6n tecnol6gica de nuestra época, muchas veces no deja de representar un serio obstáculo para interpretar debidamente estos pasajes bíblicos.

De todos modos, no es menos cierto que, tanto a Ferrini como al autor de estas líneas no les interesa «demostrar» que se produjeran visiones o avistamientos de OVNI en la Antigüedad, sino que muchos relatos antiguos (y especialmente bíblicos) pue­den asociarse con ellos.

Piense el lector que en un Universo cuya antigüedad se cuenta por miles de millones desafíos, la Historia de la Humanidad sobre el planeta Tierra es una simple anécdota del ultimo minuto, por no decir del ultimo segundo.

Pero, de todos los relatos del mundo antiguo sobre presun­tos OVNI, el que tal vez resulte mas completo e importante es el de Ezequiel, al que vamos a dedicar cierta extensión por su indudable interés.

 

«...Y MIRE, Y HE AQUI QUE UN VIENTO TEMPESTUOSO

VENIA DEL NORTE) Y UNA GRAN NUBE CON UN

   FUEGO ENVOLVENTE, Y EN DERREDOR SUYO

UN RESPLANDOR, Y EN MEDIO DEL FUEGO

UNA COSA QUE PARECIA AMBAR...»

 

Parece que el profeta Ezequiel vivió alrededor del 700 0 el 600 antes de Cristo. Su testimonio es uno de los mas estudiados, discutidos y oscuros casos de la Biblia, porque se ha querido interpretar como un conjunto de visiones místicas o ideales, buscando en ellas únicamente un contenido religioso o profético, mientras que científicos como Blumrich ya hemos visto que lo han interpretado como la visión de una autentica nave espacial procedente de otro planeta.

El relato se divide en cuatro partes. La primera, corresponde a la descripción y encuentro con varios extraños objetos volantes y sus tripulaciones. La segunda, puede corresponder a la explicación de los efectos de una conflagración nuclear (si hemos de dar crédito a lo que piensan algunos autores). La tercera, da indicaciones sobre unidades de medida y tal vez planteos de una matemática que, a fuer de sincero se me escapa un poco. Y la cuarta, creen algunos estudiosos que podría ser el enunciado de una ciencia biológica desconocida, o simplemente una referencia a la extraña configuración de los seres espaciales vistos por Ezequiel.

Las interpretaciones son libres y se mueven, evidentemente,

en el amplio terreno de las conjeturas. Pero la semejanza entre el objeto visto por el profeta y los OVNI que aseguran haber visto tantas personas contemporáneas, es tan patente, que el pasaje aludido ha sido objeto de múltiples comentarios y trans­cripciones en tiempos recientes, destacando entre otros, el inte­ligente estudio de Andreas Faber Kaiser en su interesantísima obra ¿Sacerdotes o cosmonautas? (editada por A.T.E., Barcelona, 1973). En fin, en una revista técnica norteamericana, la insólita descripción aparecía resumida en la siguiente forma:

«Y mire, y he aquí que un viento tempestuoso venia del Norte, y una gran nube con un fuego envolvente, y en derredor suyo un resplandor, y en medio del fuego una cosa que parecía de ámbar.

»Y el aspecto de las ruedas y su obra, semejaba el color del topacio. Y las cuatro tenían una misma semejanza: su apariencia y su obra eran como una rueda en medio de ruedas.

»Cuando ellos andaban, andaban ellas; y cuando ellos se paraban, se paraban ellas; asimismo, cuando se levantaban de la tierra, las ruedas se levantaban tras ellos.

»Y sus aros eran altos y espantosos y llenos de ojos alrededor...,Y sobre la extensión que había sobre su cabeza veíase la figura de un trono que parecía de piedra de zafiro y sobre la negrura del trono había una apariencia que evocaba la figura de un hombre sentado sobre el.»

Sin duda, hay en esta primera parte de la descripción muchos datos que recordaran al avisado lector las tan repetidas descripciones de OVNI, si salvamos su aspecto aleg6rico. Luego, Ezequiel se volverá mas abstruso, pero para entender mejor los restantes versículos, no debe perderse de vista como recomienda Mario Ferrini- «que quien describe el aparato es un hombre que ha vivido y se ha criado en un medio pastoril y que, de repente, se encuentra con un aparato automático de transporte aéreo». Entonces, no se contenta con la fría descripción de lo anteriormente citado, sino que, impelido por la emoción, trata de explicarse el significado y el funcionamiento de la mágica y aterrorizante aparici6n. Para ello, como es l6gico, tomara del mundo que el conoce los elementos que considerara indispensa­bles para su relato, y hablara de, en lugar de «un motor automático», «un animal que se dirige a donde el espíritu lo manda»; no hablara tampoco de «hélices» ni de «chorros de gas», ni de «campos magnéticos» -como podía haberlo hecho, por otra parte, si tales conceptos no existían en su tiempo?-, sino que imaginara que el artefacto «esta envuelto por cuatro alas por arriba y por abajo», lo que sin duda, para el, es suficiente explicación del vuelo.

Es mas: los modernos cronistas se refieren a observaciones

de OVNI rodeados de «ventanillas» o «tragaluces», pero para el cronista rural y antiguo serán «ojos alrededor». En fin, para armar su rompecabezas de modo que vuele y se mueva con perfecta coordinaci6n y autonomía, Ezequiel introduce el concepto de animal... provisto de «alas», «ojos», «ruedas»... ¡Y relámpagos!

Aparentemente, el OVNI de Ezequiel se asentaba sobre un cilindro que descendía del centro del cuerpo. Como detalles suplementarios, observaremos la presencia de una posible cubierta de material plástico transparente- que se describe como de color ámbar, y el discurso final del relato considerando que el conjunto tiene la majestuosidad de los colores del Arco Iris (cosa que también corresponde a ciertas descripciones de quienes aseguran haber visto Objetos Insólitos en vuelo, o cerca de tierra).           Lo primero que impresiona a Ezequiel son las coloraciones y tonalidades luminosas de la nave espacial:

      «...una gran nube con fuego envolvente, y en medio del fuego una cosa que parecía como de ámbar.»

      Y luego añade:

«En cuanto a la semejanza de los animales, su aspecto era como de carbones de fuego encendidos, y algo así como unos hachones encendidos discurría entre los animales; y el fuego resplandecía, y del fuego salían relámpagos.

»Y los animales corrían y se desplazaban semejantes a relámpagos.

»Y vi. una apariencia como de ámbar, y como otra apariencia de fuego dentro de ella y en su contorno, que por el aspecto de sus lomos para arriba y desde sus lomos para abajo, parecía que todo era de fuego y que tenia resplandor en torno.

»Así como se presenta el arco del cielo que esta en las nubes el día que llueve, así era el aspecto del resplandor todo en torno.»

cabe deducir de ello que el enigmático objeto luminoso se movía y elevaba sobre el suelo? Posiblemente si, porque el cronista antiguo se impresiona, y no tarda en expresar el misterioso automatismo para el absolutamente sobrenatural utilizando muy acertadas metáforas:

«Y cada uno caminaba recto (dice textualmente: "en derecho de su rostro"); hacia donde el espíritu mandaba que anduviesen, andaban; y cuando andaban, no se volvían.

       »Cuando andaban se movían sobre sus cuatro costados; no

se volvían cuando andaban.

»Y cuando los animales andaban, las ruedas andaban junto a ellos; y cuando los animales se levantaban de la tierra, las ruedas también se levantaban.

»Hacia donde el espíritu mandaba que anduviesen, andaban; hacia donde el espíritu mandaba que anduviesen, las ruedas también se levantaban tras ellos; porque el espíritu de los animales residía (dice: "estaba") en las ruedas.

»Cuando ellos andaban, andaban ellas; y cuando ellos se paraban, se paraban ellas; asimismo, cuando se levantaban de la tierra, las ruedas se levantaban tras ellos; porque el espíritu de los animales residía en las ruedas.»

Suponen los autores modernos que lo que Ezequiel quiso expresar en estos versículos, es que los «animales» tenían forma de rueda y que las ruedas se comportaban como «animales». La idea familiar, para nosotros, de la rotación de una rueda que no se desplaza, obliga a Ezequiel a un gran esfuerzo imaginativo, que, sin embargo, resuelve con suficiente claridad. Para un científico contemporáneo, tal vez se podría explicar así: «El dispo­sitivo estaba perfectamente controlado en sus movimientos y obedecía a un control o mando inteligente.» En la imagen del profeta se trataba, pues, de una ronda de cuatro animales que formaban un círculo pero que al girar no volvían sus cabezas. Es !la metáfora de un hecho tecnológico trivial!

Ahora bien, como explicar que ese dispositivo pueda volar? Ezequiel carece de recursos lexicográficos y tecnológicos para explicarlo que ve, y debe contentarse con colocar un techo circular construido con alas. Imagina, pues, que un conjunto de alas se ha soldado formando una cubierta por arriba y por abajo del dispositivo... y que esta «virtud voladora» del ala lo hace volar. He aquí sus propias palabras:

       «Y debajo de sus alas, a sus cuatro costados tenían  manos de hombre; y sus rostros y sus alas por los cuatro costados.

»Con las alas se juntaban el uno al otro. No se volvían cuando andaban; cada uno marchaba en línea recta (dice: "caminaba en derecho de su rostro").

»...y tenían las alas extendidas por encima, dos cada uno, las cuales se juntaban; y las otras cubrían sus cuerpos.

       »Y estando yo mirando los animales, he aquí (veo) una rueda en la tierra junto a los animales, y a sus cuatro rostros.

»Y el aspecto de las ruedas y su obra semejabase al color del topacio. Y las cuatro tenían una misma apariencia: su apariencia y su obra como rueda en medio de ruedas.

»...sus aros eran altos y espantosos, y llenos de ojos a su alrededor en las cuatro.

»Y sobre la cabeza de cada animal aparecía extendida, a manera de cristal maravilloso, encima, sobre sus cabezas.

»Y debajo de (ese) espacio estaban las alas de ellos, exten­didas una sobre otra (dice: "derechas la una a la otra"); dos para cada uno, y otras dos con que se cubrían los cuerpos.

»Y cuando se paraban y aflojaban sus alas, oiase una voz de arriba de la extensión (o espacio) que había sobre sus cabezas.

»Y sobre la (mencionada) extensión que había sobre sus cabezas, veíase la figura de un trono que parecía de piedra de zafiro; y sobre la figura del trono había una figura (dice "semejanza") que parecía de hombre sentado sobre el.»

A decir verdad, salvo el detalle -importante por cierto-del método de propulsión, en todo lo restante podemos entender y aceptar con claridad, si no con rigorismo científico, e1 criterio descriptivo seguido por el bueno de Ezequiel.

Claro que siempre quedan algunas dudas, porque ño todo es simbolismo en los relatos de los profetas, sobre todo cuando ponen énfasis rnistico-patriótico en sus alocuciones.

Así, en los versículos 22 y 23 del capitulo 11, Ezequiel exclama:

«Después alzaron los querubines sus alas, y las ruedas en pos de ellos; y la gloria del Dios de Israel estaba sobre ellos encima.

»Y la gloria de Yahve (o Jehová) se fue en medio de la ciudad, y paro sobre el monte que esta al oriente de la ciudad.»

En estos versículos, e1 lenguaje se vuelve mucho mas concreto. EI profeta alude claramente a unos querubines y también menciona el nombre del Dios de Israel, con acento que no dudamos en calificar de tonante, que es e1 adecuado al caso suponemos. De forma que se nos disiparía toda imagen de «maquina voladora», si no fuese por la movilidad de la escena: «las ruedas en pos de ellos» y «paro sabré el monte que esta al oriente de la ciudad».

       Dudas que el autor solo hace constar que se considera incapaz de resolver y que traslada a los entendidos, por si quieren ocupar sus horas libres (si las tienen) en la solución de un bonito crucigrama místico-patriótico-bíblico-espacial.

 

Bromas aparte: la visión de Ezequiel constituye un documento muy digno de estudio, pero el problema es tan arduo que echándole unas gotitas de humor considero podrá abordarse con mejor animo. Porque se necesita mucho animo para enfrentarse con la tremenda realidad de aquellos años, con la posibilidad de asistir a luchas de extraterrestres, o de gigantes, o de semidioses o, simplemente a la atomización de Sodoma, en el año 1900 antes de nuestra Era, como una versión anticipada del holocausto de Hiroshima, en 1945... aunque fuese en esta ultima ciudad sin el concurso, ni el consejo, ni la presencia de fuerzas extrañas al planeta.

 

¿Es cierto, entonces, que existen abundantes huellas del paso de extraterrestres durante 1a remota y próxima antigüedad? Hagamos una apuesta: que contesten por nosotros los testimonios, que los testimonios se erijan en doctos testigos del brazo de eruditos personajes

Comencemos de nuevo esta vieja trama, reanudemos como la legendaria Penélope el hilo de nuestra vieja historia, busquemos como Ariadna el hilo que no tiene ovillo... Es una búsqueda incesante ~precisa reconocerlo- en 1a que abundan mas los datos y los grandes nombres, que los hechos concretos y demostrables. Pero algo debe de haber en el fondo de 1a cuestión, cuando sigue vigente en la mesa de discusiones, y cuando, sin apenas darme cuenta, advierto ahora que se ha llenado mi mesa de trabajo de libros, documentos y mapas sobre el tema.

 

 

sábado, 17 de octubre de 2015

BUSCANDO RESPUESTAS

LAS CINCO INCÓGNITAS SOBRE VISITANTES EXTRATERRESTRES CONTESTADAS POR EL PROF. MATEST M. AGREST,  FÍSICO BIELO RUSO, IMPORTANTE CIENTÍFICO E INVESTIGADOR DEL FENÓMENO OVNI

Estudio original de Marius Lleget.


II.- ¿Para que pudo servir tan colosal enlosado?
III.-¿Por que en los alrededores de esta terraza», se encuentran en la actualidad tantas tectitas, o sea,
tan relativamente elevado numero de rocas vitrificadas
IV.- ¿ Por que la destrucción Sodoma y Gomorra,
V.- Como se explica que los primitivos pueblos de pastores, como los caldeos, y otros mas antiguos, hace 10.000 o 15.000 años supieran tanta astronomía?
VI.-Bibliografia

El profesor Agrest, en las acreditadas  paginas de la moscovita Literatournaia Gazetta, planteo cinco inquietantes cuestiones a propósito de esas «terrazas» de Baalbeck.
En primer lugar, se pregunto como y de que manera unos pueblos técnicamente muy rezagados, habían podido construir ese fantástico enlosado, constituido por piedras que pesan cada una 2.000 toneladas.
I.-Ninguna grúa moderna" seria capaz de levantar un peso semejante. Si imaginamos que tales piedras fueron levantadas a base de fuerza muscular, seria preciso pensar en equipos de trabajadores -de forzudos, diríamos mejor compuestos por 20.000 hombres en cada caso, lo cual parece prácticamente irrealizable. o así se nos antoja al menos, a nosotros. Además, (que resistentes cuerdas habrían podido aguantar semejante tiro
II.-: ¿Para que pudo servir tan colosal enlosado?
Que se sepa, el hombre jamás ha construido monumentos «acostados» sobre el suelo. Es una forma de decir, pero no hay otra. Lo normal, es que se levanten lo mas alto posible. o bien, como en el caso de las gigantescas estatuas egipcias del desierto (1os colosos silbantes), o de Ramses en Abu-Simbe1 (en e1 fondo de un corredor para que le diera el sol a determinada hora del dia), los monumentos humanos cumplen con una finalidad mágico-religiosa, cuando no están concebidos para embellecer y ennoblecer el entorno, o bien resultan útiles como señalizaciones y hasta, (por que no?, como calendarios-cronómetros... o lo que usted quiera imaginar. Pero jamás han servido para ser contemplados en horizontal, a no ser que se tratara de pistas y no de enlosados. Pistas de aterrizaje, por supuesto, en una época -como en Nazca (Perú)- en que seria un sueño imaginar que el hombre terrestre hubiese sido capaz de construir artefactos voladores,


 

FABULOSAS PISTAS DE NASCA

III.-¿Por que en los alrededores de esta terraza», se encuentran en la actualidad tantas tectitas, o sea,
tan relativamente elevado numero de rocas vitrificadas, que contienen como en la zona del Mar Muerto, importantes cantidades de berilio radiactivo, como si esos lugares no fuesen terrestres... sino partes del corazon (¡ fantástica sístole-diástole nuclear!) de las misteriosas estrellas gigantes?
En el Líbano y en el Mar Muerto, en épocas distintas, ocurrieron hechos distintos... pero, con una sospechosa «huella»: de los Anunakis, o quienes quiera que fuesen sus misteriosos visitantes estelares.
Es lógico y verosímil sostener esta tesis? Por mucho que nos pudiera costar el aceptarla, aun condicionalmente, hay que reconocer a priori es una buena hipótesis de trabajo.
Hay que añadir que el problema de las tectitas es una cuestión que preocupa bastante a los astrónomos, porque los isótopos de berilio son un millón de veces mas raros en el sistema solar, y que los elementos en la tabla periódica próximos o vecinos, en  la misma, mientras que -como ya sabemos- son muy abundantes en el corazón de las gigantescas estrellas rojas, esos enormes faros cósmicos trillones de veces mayores que nuestro Sol.
Es mas: son estos isótopos dicen las astrofísicos los que alimentan las reacciones nucleares de dichas estrellas.
Por otra parte, el origen de las tectitas continúa siendo un completo misterio. Se trata, a decir verdad, de un misterio impenetrable por ahora a los esfuerzos de la ciencia. De ahí –comenta el profesor Agrest~ “que no sea ninguna exageración imaginar  (en el caso de el Libano y sobre todo del Mar Muerto) que se trate de residuos de la combustión de los reactores nucleares de grandes cohetes espaciales.

IV.-: ¿ Por que la destrucción Sodoma y Gomorra, tal como la relata la Biblia y como aparece en los «Manuscritos del Mar Muerto», recuerda de un modo tan alucinante las descripciones sobre la destrucción de Hiroshima?

Recordemos que la Biblia evoca, en varias ocasiones (en otros pasajes), a

«Los Hombres venidos del cielo» y a que, repentinamente, parten hacia el cielo».

Para e1 doctor Agrest, apoyándose en estos textos y en la documentación tomada in situ (es decir, análisis de las tectitas y del terreno en general), los extraños «visitantes del Cosmos», antes de partir rumbo a un destino desconocido habrían deseado destruir sus reservas de carburante atómico, después de avisar a todos los habitantes de los alrededores para que abandonaran el lugar «en una marcha sin retorno». No sabemos si hasta les invitaron» a una huida precipitada... por aquello que también se lee en las Sagradas Escrituras
: «Los Hombres que, repentina­mente, parten hacia el cielo»...




V.-: ¿Como se explica que los primitivos pueblos de pastores, como los caldeos, y otros mas antiguos, hace 10.000 o 15.000 años supieran tanta astronomía, cuando nos consta que no poseían ni observatorios perfeccionados, ni telescopios gigantes?
Comenzaron efectuando grandes acumulaciones de hechos. Supusieron que los cursos de las estrellas y los sucesos naturales eran regulares y, por lo tanto, predecibles.
A pesar de no poseer instrumentos ópticos, obtuvieron un éxito sorprendente, hasta el punto que la palabra “caldeo” pasó a ser sinónimo de “astrónomo “ y “adivino.
Su gran prestigio se basaba también en la predicción de cambios meteorológicos, la aparición de cometas, los eclipses de Sol y de Luna.
Clasificaron las formaciones de estrellas en constelaciones, doce de las cuales formaban lo que ellos llamaron zodíaco. Decidieron que existían doce señores celestiales, consejeros de los dioses, cada uno de los cuales presidía en un mes a un signo del zodíaco.


Los astrónomos caldeos elaboraron un calendario lunar, formado por meses lunares de 28 días. Para mantener la coherencia con el año solar establecieron ciclos en los que algunos años tenían 12 meses y otros 13.
El observatorio más antiguo de que tenemos noticia es el de la torre o zigurat de Babilonia en el cual los astrónomos caldeos hicieron sus principales observaciones.
Los caldeos fueron genuinos científicos. A ellos se debe la utilización de la medición angular y del sistema especial de 360º con fracciones sexagesimales, un sistema de notable conveniencia el cual todavía utilizamos para expresar divisiones de grados y horas.




“Bueno, esto creemos al menos de buena fe cuando, en una demostración de probidad profesional, consultamos con casi el fervor de un colegial los archivos de la ciencia clásica. Pero  es que ¿lo saben todo, es que lo contienen todo estos archivos oficiales?”


Distingamos: una cosa eran los pueblos pastores un dia  y otra, diametralmente distinta al otro dia .,

La ciencia «infusa» de los sacerdotes y sabios de la Antigüedad (sacerdotes-médicos-astrónomos-adivinos de Egipto; sacerdotes-cosmólogos de Mesopotamia...). Quiere esto decir que los grandes conocimientos astronómicos del hombre primitivo tal vez se desarrollaron paralelamente a una tecnología que hoy nos maravillaría y que, con ciertos visos de probabilidad, no era, no podía ser, de origen autóctono o terrestre, sino que le fue enseñada al hombre por maestros procedentes del espacio exterior.

Si de algún planeta solar o del amplio universo estrellado, esto lo ignoramos. Pero sabemos, en cambio, porque hay constancia de ello gracias a algunos raros y sensacionales hallazgos, que las antiguas civilizaciones también poseían conocimientos científicos y una técnica bastante depurada.

Por lo que me complace recordar que los antiguos egipcios eran, como es bien sabido, unos consumados maestros en el arte de embalsamar y en el de la  cosmética en general, hasta el extrema de que nadie ha podido imitarles en el primero, y de que la «alta moda» y el mas exigente estilo femenino -inc1uida la increíble esbeltez de sus bella mujeres ((no es cierto, Nefertiti?)-, nos invitan a pensar que la Moda, así con mayúsculas, nació hace bastantes milenios a orillas del Nilo.





 



Pero los egipcios no se paraban aquí., Fueron igualmente consumados maestros en cirugía, del mismo modo que los mesopotámicos ya conocían el algebra antes de que la descubrieran los árabes,: el profesor Poidebard, arqueólogo y jefe de una expedición científica cerca de Nínive, años atrás, y para asombro del orgulloso hombre moderno, descifro una ecuación de 8.° grado en una tableta cuneiforme!
(Y que decir de la Eolipila de Heron de Alejandria, de la «paloma mecánica» (al parecer, pura cibernética) de Arquitas d Tarento, de las pilas eléctricas y extraños aparatos, como la maquina de Antikitera... y de la «ciencia infusa» que algunos autores quieren ver en las famosas piedras de Ica (Peru)... y de los extraordinarios zodiacos y monumentos-cronometro de tantos y tantos lugares del planeta, y correspondientes a tantas y tantísimas civilizaciones muy distantes en el tiempo y el espacio?


 

VI.- BIBLIOGRAF1A

Agrest, Dr.: Articulos en «Literatournaya Gazzeta», de Moscu. Bergier, Jacques: Los extraterrestres en la Historia. Col. Otros        Mundos. Plaza & Janes. Barcelona, 1972.
Bergier, Jacques: Los libros condenados. Col. Rotativa. Plaza &
       Janes. Barcelona, 1973.
Berlitz, Charles: Misterios de los mundos olvidados. Col. Libro
       Amigo. Ed. Bruguera. Barcelona, 1974.
Ceram, C. W.: Dioses, tumbas y sabios. Ed. Destino. Barcelona
       14.& edicion).
Charpentier, Louis: Los gigantes y el misterio de los orígenes.
       Col. Otros Mundos. Plaza & Janes. Barcelona, 1971.
Charroux, Robert: Nuestros antepasados extraterrestres. Col Libro Amigo. Ed. Bruguera. Barcelona, 1971.
Diiniken, Erich von: El oro de los dioses (los extraterrestres entre nosotros). Col. Nueva Fontana. Ed. Martinez Roca. Barcelona, 1974.
Diiniken, Erich von: Regreso alas estrellas. Col. Otros Mundos.
       Plaza & Janes. Barcelona, 1975.
Diiniken, Erich von: Recuerdos del futuro. Col. Otros Mundos.
       Plaza & Janes. Barcelona, 1975.
Danyans, Eugenio: Platillos volantes en la Antiguedad. Ed. Pomaire. Barcelona, 1967.
Dole, H. Stephen: Planetas habitables. N. C. 1. Editorial Labor.Barcelona, 1968.
Faber Kaiser, Andreas: ¡Sacerdotes o cosmonautas? Editorial

       A.T.E. Barcelona, 1973.















“TERRAZAS DE BAALBECK”


Localización de Baalbek
Los orígenes de Baalbek son un misterio.  Se ha supuesto que inicialmente fue una ciudad fenicia, centro del culto al dios babilónico Baal-Hadad, y su nombre significaría “Ciudad de Baal”; posteriormente, los griegos asimilarían esta deidad a Helios, de ahí que pasara a llamarse Heliópolis. Sin embargo, no existe ninguna evidencia arqueológica de ese supuesto asentamiento fenicio inicial, y dada la ausencia de referencias en las fuentes históricas de un asentamiento semejante, lo más probable es que éste haya sido o de muy escasa importancia o, mucho más probablemente, inexistente. El nombre “Baalbek” no denota una inconmensurable antigüedad. Ni se usó durante la época romana, ni existe evidencia de que se haya utilizado alguna vez con anterioridad a ésta. No parece muy probable que el sitio comenzara a llamarse “Baalbek” en honor a un Baal cualquiera en tiempos posteriores, pues para entonces la región ya se había cristianizado, para ser más tarde sometida por el Islam.

La famosa terraza de Baalbek es una de las principales bazas de los defensores de la hipótesis de los “Antiguos Astronautas“, según la cual, en un pasado lejano, habitantes de otros mundos habrían visitado la Tierra. Esos navegantes de los espacios interestelares habrían dejado como prueba de su paso mitos dispersos y edificios inexplicables.
La Gran Terraza es una plataforma construida con las mayores piedras talladas conocidas, bloques megalíticos que fueron cortados con gran precisión y colocados para formar unos fundamentos de 460.000 metros cuadrados de superficie. En esta plataforma se encuentran los tres colosales bloques conocidos como el Trilithon, cada uno de los cuales mide casi 20 metros de largo, con una altura de aproximadamente 4 metros y un ancho de 3. El peso de cada uno de esos monolitos monstruosos se ha estimado entre mil y dos mil toneladas; son de granito rojo, y fueron extraídos de la cantera a más de un kilómetro de distancia, valle abajo respecto a la construcción.

Una de las 3 piedas del Trilithon
Aún es más extraordinario el hecho de que en la cantera haya quedado un bloque aún mayor, conocido por los árabes como Hajar el Gouble, o Piedra del Sur.
En 1851, el estudioso francés Louis Felicien de Saulcy, quien más tarde realizaría una de las primeras excavaciones sistemáticas de Jerusalén, permaneció en Baalbek dos días, del 16 al 18 de mayo, y se convenció de que el basamento de la Gran Terraza eran los restos de un templo prerromano; dejó sentada esta opinión en su libro “Voyage autour de la Mer Morte” (“Viaje alrededor del Mar Muerto”) que data de 1864.
La hipótesis del origen extraterrestre de la terraza de Baalbek aún tardaría en llegar. El primero en exponerla fue el físico bielorruso Matest M. Agrest, en 1959. Agrest es considerado como el primer científico en avanzar la hipótesis de que la Tierra fue visitada en tiempos prehistóricos por inteligencias venidas del espacio exterior; su famoso artículo “Astronautas de la Antigüedad” (Kosmonauty Drevnosty) se publicó en 1961. En sus hipótesis, Agrest le da una gran importancia a la historia bíblica de Enoch, y a la oscura referencia del Génesis que habla de los Nefilin. Propuso, asimismo, que las tectitas son prueba de esas visitas extraterrestres y que lo que realmente ocurrió en Sodoma y Gomorra fue una explosión nuclear. Para Agrest, la Gran Terraza habría sido una pista de aterrizaje para los cosmonautas de la antigüedad. Curiosamente, la única fuente de información de Agrest respecto a Baalbek parece haber sido un indefinido libro publicado en París en 1898.
La hipótesis de Agrest respecto a Baalbek en particular, y a los “antiguos astronautas” en general, hizo escuela. Zacharia Sitchin y Däniken siguen también esta misma línea. Las innumerables toneladas de los bloques de Baalbek parecen ser tan fascinantes que existen autores que no se resisten a mencionarlas, aunque no tengan nada que ver con el tema del que están tratando; por ejemplo, Charles Berlitz, quien en medio de un catálogo de maravillas que aparece en su magna obra “El Triángulo de las Bermudas” menciona “las enormes piedras de las fundaciones del templo de Júpiter, en Baalbek,  en el Líbano, emplazadas allí mucho antes de la construcción del templo y una de las cuales pesa 2.000 toneladas”.
Es de hacer notar que las especulaciones que atribuyen la Terraza de Baalbek a la acción de los “antiguos astronautas” parten de dos supuestos básicos: que la plataforma fue construida en un pasado muy remoto, mucho antes de los templos que la coronan, que el peso de los grandes bloques supera la capacidad de transporte de la tecnología humana de la época en que se levantó la plataforma (¡y aún en el día de hoy!). Pero ¿son ciertas estas suposiciones? Si seguimos al pie de la letra la leyenda, tal y como se repite una y otra vez, sólo podemos concluir que las ruinas de Baalbek son simplemente imposibles e inexplicables, un misterio sin solución humana.


En los años 1904 – 1905 una expedición alemana realizó la primera excavación sistemática en las ruinas de Baalbek. Los arqueólogos alemanes excavaron a través de la plataforma y realizaron hallazgos muy interesantes. La aparentemente sólida terraza está construida de sólidos megalitos únicamente en sus muros externos. En el interior, bajo el foro, encontraron un laberinto de cámaras rellenas de escombros compactados, con paredes de ladrillo en la típica forma romana de panal; debajo de todo esto, el lecho de roca sólida. En resumen, sólo albañilería y restos romanos. Los cimientos de los templos están fundamentados en el lecho de rocas para poder soportar su peso, ya que la plataforma simplemente se hundiría si descansaran sobre ella. Las paredes megalíticas son en realidad un muro de contención en declive.




¿Y los bloques del famoso Trilithon? ¿Cómo es posible que hayan sido desplazados desde la cantera hasta su posición final en la plataforma, por los romanos o por quien fuera?

Aquí son necesarias algunas precisiones. La primera: los bloques no son tan pesados como suelen afirmar los divulgadores de la hipótesis de los “antiguos astronautas”. Ya vimos que von Daeniken les atribuye “casi 2.000 toneladas” y “20 metros de lado”; esto último hace pensar de inmediato en un monstruoso cubo, pero en realidad se trata de “aproximadamente 20 metros de largo”, ya que cada megalito tiene forma de paralelogramo. Berlitz sigue a von Daeniken en el dislate, y habla también de “2.000 toneladas”. Puestos a fantasear, no falta quien les atribuya 

La densidad del granito, dependiendo de su tipo, varía entre 2,63 y 2,75 g/cm3. Respecto a las dimensiones de los bloques, no hay dos fuentes que den las mismas medidas; sin embargo, todas coinciden en que ninguno llega a los 20 metros de largo. Según parece, el mayor de los megalitos del Trilithon mide 19,80 por 4 por 3,6 metros. Esto daría un volumen de 285,12 m3. Asumiendo que la densidad de la piedra es de 2,75 g/cm3, el peso del bloque sería de 784,08 toneladas. Por debajo de las 800 toneladas y muy lejos de las 2.000 que Daeniken y Berlitz citan tan alegremente. Por supuesto, en este cálculo casero pueden haberse filtrado varios errores: las piedras pueden tener unas dimensiones reales un poco mayores (¡o menores!) que las mencionadas; la densidad del granito puede ser menor que 2,75 g/cm3 (intencionalmente he usado el valor mayor que he encontrado y no el menor); en la conversión de pies a metros siempre se pierden algunos decimales. De hecho, existen estimaciones aún más moderadas y probablemente más precisas, en torno a las 600 toneladas, y en todo caso, siempre por debajo de las 800.


Referencias:
Actualizado Enero 2013