“ALGUIEN O ALGO METIÓ SU CUCHARA MIENTRAS
ESTABA COCIÉNDOSE EL CALDO PRIMIGENIO”.
Tomado del libro de Von Daniken
Me encontre con El Doctor
Wilder-Smith.. junto al lago
Thull, para entrevistarme con el,
Doctor en química orgánica;
Con, otorgado por' la Facultad de Ciencias Naturales
de la Universidad
de Ginebra; asi como Postgrado, por 1a Escue1a Técnica superior de Ja
Confederación Helvetia (ETH) en Zurich.
Entre sus 50 o mas publicaciones científicas ocupa 1ugar re1evante su conocido libro Mas Origin,
Man's Destiny.
Como el profesor" Wilder-Smith es conferenciante invitado a
numerosas universidades,
En el curso de los años he conocido a muchos científicos notables y de simpática
personalidad, pero pocos de ellos irradian
.~ EI profesor doctor A. E. Wilder-Smith.
una serenidad tan poderosa. un equilibrio
como el del profesor Wilder Smlth.
No tiene una gran opinión de las teorías de
su colega el profesor Eigen. Y no vacilo en explicarme el porque.
Levogiros y dextrógiros
Lamento tener que conducir a mis lectores
por no tan lindo, senderos para. completar la explicacion de mi teoría.
Aunque algunos de los conceptos indispensables para tal no son familiares,.. por las noticias de la prensa, ello no significa
que sea del dominio publico su función. Podríamos decir que son nociones que
cuelgan inutilizada. En el bagaje cultural del hombre moderno. Pues no voy a
tener mas remedio que desempolvarlas y utilizarlas, por todos los demonios.
“Todas las moléculas, unidades materiales que envuelven muchos átomos
como las estudiadas por Stanley Miller, se presentan sin excepci6n alguna en
formas dextrógiras y levógiras. Estos sentidos de giro responden a una
propiedad que se halla tanto en los sólidos como en los líquidos, gases y
soluciones.
De una manera groseramente simplificada, imaginemos una escala de
cuerda cuyo extrema derecho superior sea levantado por ia mana derecha, mientras
la izquierda toma el extremo izquierdo inferior. Si ahora la mano derecha Le
imprime un giro, la escala se transforma en una espiral con vuelta a la
derecha, y viceversa: la mano izquierda puede convertirla en una espiral con
giro a la izquierda. La escala de cuerda (que en este «ejemplo ilustrativo»
representa, poco mas o menos, la estructura de una molécula orgánica) no se ha
alterado en su sustancia, que sigue formada por cuerdas de cáñamo y escalones
de madera, solo que estos y aquellas se disponen ahora en forma de espiral.
Vamos a conformarnos con esa explicacion aproximada, porque el explicar los
efectos de la estructura molecular con arreglo a la actividad óptica y la
polarización de la luz nos aparta demasiado de nuestro tema.
En sus numerosos ensayos de laboratorio, el profesor Wilder-Smith
obtiene siempre, asimismo, moléculas dextrógiras y levógiras.
En cambio, es un hecho probado que todas las moléculas que
intervienen en los procesos de la vida sobre nuestro planeta son exclusivamente
levógiras. Cierto que se conoce la existencia de moléculas dextrógiras, pero
se trata de casos excepcionales entre miles de millones de moléculas diferentes
que conocemos.
Ahora bien, y ahi es donde le duele: si las cadenas moleculares de los aminoácidos,
proteínas, ácidos nucleicos o DNA se hubieran formado realmente al azar,
entonces debieron existir en la época primigenia formas moleculares dextrógiras
y levógiras. El que ello no ocurriese así, puede atribuirse a la rotación
de la Tierra ?
Seguramente no, porque también los experimentos de laboratorio actuales están
sometidos a la rotación mencionada, sin que ello sea causa de formas moleculares
exclusivamente levógiras, como ya ha quedado mencionado. En los ensayos se
obtienen siempre formas moleculares de ambos tipos. Vaya contrariedad.
Resulta que la intervención del azar desaparece del gran escenario donde se
representa el drama del origen de la vida: Las moléculas dextrógiras y
levógiras jamás podrían combinarse entre si, porque son de efectos dañinos,
tóxicos (venenosos) las unas respecto de Las otras por eso la penicilina
resulta mortal para las bacterias, las cuales, como la mayoría de los seres
vivos, disponen solo de moléculas levógiras. Si al formarse la vida las
cosas hubieran ocurrido como se supone, deberíamos tener especies
formadas exc1usivamente por moléculas dextrógiras al lado de las constituidas
par moléculas levógiras.
Acaso las levógiras se han «comido» a todas
las dextrógiras. Imposible, pues ya hemos dicho que
cada
tipo es como un veneno para el contrario.
Dextrógiras, levógiras...menudo
lio
Cuando le lei a
un amigo las paginas que preceden, me contesta que no habia acabado de
entender el simil de la escala de cuerda. Míratelas manos, le dije. Cada una de
tus extremidades, tomada de por si, tiene una construcción idéntica:
cuatro dedos y pulgar oponible, dispuesto a la derecha en un caso y a
la izquierda en otro. Pero, aunque sean iguales, no coinciden cuando se disponen
la una sobre la otra; lo que pasa en realidad es que hay simetría pero no
igualdad. Pues lo mismo, amigo mío, ocurre con las moléculas. Los aminoácidos
de
una misma composición molecular pueden existir en versión de hélice a
la derecha o de hélice a la izquierda; aunque la formula química sea la misma,
las dos versiones son de «carácter» diferente y también difieren algunas de sus
propiedades. Mi amigo aseguro que ahora si lo entendía. jUf!
Modestia aparte, creo que mi actitud ante las teorías es tolerante; es
decir que en determinados casos estoy dispuesto a no chocar con esas
intervenciones del azar, por otra parte tan abundantes. Pero no importa; las
dejo al margen. Sin embargo, cuando la teoría deja extensas zonas oscuras no
quiero renunciar al uso de mi razón. No quiero ni puedo. Y cuando un destacado
científico me señala ese hecho de las moléculas exclusivamente levógiras, me
niego a seguir tolerando lo intolerable! El método científico, y esa es mi
"fe», demuestra sus teorías por medio de la experimentación. Y por ahora, ningún
experimento de laboratorio -¡otra casualidad!- ha logrado producir moléculas
exclusivamente levógiras. (Como puede ponerse fuerte la ciencia en este
caso, postulando teorías que se ven desmentidas por los resultados de su propia
investigación?
«Suena una música en el aire.» Si, la solución se palpa, esta en el
ambiente, sentimos estremecerse nuestra piel al contacto con lo sobrenatural.
La ciencia esta al cabo de sus recursos.
“Alguien o algo metió cuchara mientras
estaba cociéndose el caldo primigenio”.
Aquí no hay azar, ni fantasmas ni milagros que valgan. Nosotros vamos a
seguir la pista a ese alguien. Pero antes de ponerle las esposas, nos
comportaremos frente al «sospechoso» con una imparcialidad de caballeros
andantes. Por un momento aceptaremos que fuesen solo levógiras las moléculas
que se encontraron «por azar" para constituir una proteína.
¡No hay
probabilidad que valga!
La mas diminuta «unidad» viviente que podamos concebir necesita no
menos de 239 moléculas proteinicas para
ser viable. Y a su vez, cada una de esas moléculas esta formada por no menos de
20 aminoácidos diferentes, sin olvidar que se precisa además un considerable numero
de enzimas. Y todo ello ha de combinarse, no solo con arreglo a una secuencia
determinada, sino además teniendo en cuenta que todo el encadenamiento ha de
ser levógiro.
Casualidad sobre casualidad.
Se ha calculado en 1/10-elevado a la potencia de 123 la probabilidad de
que la célula Mas sencilla se forme con solo aminoácidos levógiros. Vale
la pena desarrollar este numero que acabamos de escribir en notación
algebraica, pues además de resultar entretenido nos permite comprender cuan
improbables son estos aciertos casuales:
1/1 000 000 000 000 000 000 000 000 000 000
000 000 000 000 000 000 000 000 000 000 000
000 000 000 000 000 000 000 000 000 000 000
000 000 000 000 000 000 000 000 000
El juego de las (im)probabilidades se vuelve cada vez mas absurdo.
Si la primera célula, que gracias a tan estupenda casualidad se formo
solo con aminoácidos, proteínas, etc., levógiros, ha de encontrar una congenere
nacida asimismo en un «medio.. químico levógiro gracias al Gran Hermano «azar»,
y también formada exclusivamente por macromoléculas orgánicas levógiras, la
probabilidad de tal encuentro se ha calculado en: 1/10 elevado a la potencia 22 117 769 304.
En mi vocabulario no tiene demasiada cabida la palabra imposible. Pero
si alguna vez fue preciso usarla, es ahora. Con todo el énfasis. Mientras
escribo esto, trato de imaginar plasticamente la cifra descomunal representada
en el denominador.
En una linea de mi original mecanografiado me caben 75 letras. Cada
pagina consta de 37 lineas, con 10 que llegamos a un total de.2775 letras por
pagina. Para expresar la cantidad «en letra», como cuando se rellena un ta1on
bancario, digo que en una pagina me caben dos mil setecientas setenta y cinco
letras. Cien paginas de original darían cobijo a 277 500 letras, y 400 paginas
me permiten ubicar algo mas de un millon. Llegada a este punto, abandono.
Porque el ejemplo de las letras y las paginas de libro no me sirve para
comprender ni siquiera la monstruosa cifra del exponente, que representa el numero
de ceros afilados a la unidad para escribir el denominador ca1culado. «En
letra» seran veintidos mil ciento diecisiete millones setecientos sesenta y
nueve mil trescientos cuatro ceros. Hay cifras que son inconcebibles para
nosotros, los vulgares mortales, y esta es una de ellas. Lo que si se concibe,
y de una vez por todas, es que tales improbabilidades, tales acumulaciones de
coincidencias, no pueden caber en el marco de una teoría que se pretende científica.
Pero la «teoría» de la evolucion es capaz de tragar cualquier enormidad con tal
de mantener su vigencia.
* Se encuentran moleculas dextrogiras, por ejemplo, en la penicilina,
en el Acido D-glutamico extraido de la capsula de las celulas del mal del bazo,
asi como en algunos antibioticos como la gramicidina o la tirocidina
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