“El
Dogma Cientifico”.
La
didáctica lógica resulta condicionada y calificada además por las proposiciones
"en" y "acerca" que jamás nos llevan a la experiencia
directa de lo real.
Los
fenómenos que se presentan en la naturaleza distan mucho de ser como los
científicos los ven. El hombre se ha ensoberbecido y ha caído en el Dogma
científico,
Ciertamente
tan pronto un fenómeno cualquiera es
descubierto, de inmediato se trata de califica o rotular con tal o cual termino
difícil de la jerga científica y si estos se salen de aquellos patrones de los
científicos usan dirán que
“Esto no existe o no puede existir”.
Los
fenómenos naturales en modo alguno son como los cientifistas los ven de acuerdo
a sus “patrones” que usan para medir , y determinar la vida con todos sus
procesos y fenómenos que se desenvuelve de momento en momento, de instante en
instante, y cuando la mente cientifistas la detiene para analizarla, de hecho
no solo la altera sino la mata.
Cualquier
inferencia extraída de un fenómeno natural cualquiera, de ninguna manera es
igual a la realidad concreta del fenómeno. Desgraciadamente la mente del
científico alucinada por sus propias teorías y soberbia cree firmemente en el realismo de sus inferencias.
El
intelecto alucinado no solamente ve en los fenómenos el reflejo de sus propios
conceptos, sino además y lo que es peor, quiere en forma dictatorial hacer que
los fenómenos resulten exactos y absolutamente iguales a todos esos conceptos
que se llevan en el intelecto.
El
fenómeno de la alucinación intelectual es fascinante, ninguno de esos tontos
científicos ultramodernos admitiría la realidad de su propia alucinación.
Ciertamente
los sabihondos de estos tiempos en modo alguno admitirían que se les calificase
de alucinados.
La
fuerza de la auto-sugestión les ha hecho creer en la realidad de todos esos
conceptos de la jerga cientifista.
Obviamente la mente alucinada presume de
consciente y en forma dictatorial quiere que todos los procesos de la
naturaleza marchen por los carriles de sus parámetros.
Son
millares los términos que se ha inventado para rotular los fenómenos, más nada
saben los pseudo-sapientes sobre la realidad de aquellos.
Como
ejemplo vívido de todo lo que estamos afirmando citaremos el cuerpo humano.
En
nombre de la verdad podemos afirmar en forma enfática que el cuerpo humano, es
absolutamente desconocido para los científicos modernos.
Una
afirmación de esta clase podría aparecer como muy insolente ante los pontífices
del cientifismo moderno, incuestionablemente merecemos de ellos la excomunión.
Sin
embargo, tenemos bases muy sólidas para hacer tan tremenda afirmación;
desgraciadamente las mentes alucinadas están tan convencidas de su
pseudo-sapiencia que ni remotamente podrían aceptar el crudo realismo de su
ignorancia.
Cada
órgano del cuerpo humano está controlado por leyes y fuerzas que ni remotamente
conocen los alucinados CIENTIFICOS.
Los
elementos de la naturaleza son en sí mismos desconocidos para la ciencia
oficial; las mejores fórmulas químicas están incompletas; como por ejemplo,
H.2.O, dos átomos de Hidrógeno y uno de Oxígeno para formar agua, resulta algo
empírico.
Si
tratamos de juntar en un laboratorio el átomo de Oxígeno con los dos de
Hidrógeno, no resulta agua EN ABSOLUTO, porque esta fórmula está incompleta, le
falta el elemento fuego, sólo con este citado elemento podría crearse agua.
La
intelección por muy brillante que parezca no puede conducirnos jamás a la
experiencia de lo Real.
La
clasificación de substancias y los terminachos difíciles con que se rotula a
las mismas sólo sirve como parche para tapar la ignorancia.
¿Por
qué el intelecto presume de omnisciente?. ¿Por qué se alucina creyendo que las
substancias y fenómenos son como él cree que son?. ¿Por qué quiere la
intelección que la naturaleza sea una réplica perfecta de todas sus teorías,
conceptos, opiniones, dogmas, preconceptos y prejuicios?. Pues como podemos concluir herramientas como
las matemáticas son solo una
aproximación a la realidad.
Los
fenómenos naturales no son como se cree que son y las substancias y fuerzas de
la naturaleza de ninguna manera son como el intelecto piensa que son pues esto
es cuando se cae en “El Dogma Cientifico”, recordemos que todo es de acuerdo al
cristal con que se ve.
La
Conciencia despierta no es la mente, ni la memoria, ni nada semejante.
Sólo la Conciencia liberada puede experimentar por sí mismo y en forma
directa la realidad de la vida libre en su movimiento.
Empero debemos afirmar
en forma enfática que en tanto existe dentro de nosotros mismos cualquier
elemento subjetivo, la Conciencia continuará embotellada entre tal
elemento y por ende no podrá gozar de la iluminación continua y
perfecta.
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